Las organizaciones generalmente cuentan con un presidente, con un consejo directivo; una o un grupo de personas que dan impulso al compromiso, a la meta a la que se aspira. Estas personas generalmente son elegidas por los miembros de la organización, a quienes depositan e ellos/as su responsabilidad y confianza.
Para poder cumplir satisfactoriamente con esta responsabilidad es necesario poseer y/o adquirir un conjunto de características que, si no las tenemos podemos aprenderlas.
Características necesarias: capacidad de comunicación, capacidad de análisis en diferentes situaciones tener carisma, responsable de usar el poder en beneficio de todos, estar informado, establecer objetivos acordes a la visión y misión, ser consciente de las fortalezas y debilidades, creer y hacer crecer.
En este sentido liderar significa coordinar la ejecución de las tareas ofreciendo a cada uno los instrumentos necesarios para cumplir y al mismo tiempo poder superar los obstáculos que puedan aparecer.
Por ejemplo el consejo directivo de una organización puede preguntarse cada tanto que actividades realiza para construir el espíritu de equipo, reuniones de evaluación conjunta dónde cada uno/a realiza su aporte.
Los integrantes del equipo deberán comprender bien el trabajo y no dispersarse, asumir la responsabilidad; éstas son condiciones básicas para poder sumar al equipo.
Para poder fomentar esta forma de trabajo, se pueden realizar jornadas de actualización, son muchos los cambios que se dan en el contexto social, y es pertinente estar informados y formados al respecto. Es una manera de proponernos hacer mejor nuestro trabajo juntos.
Dónde la comunicación es el capitán
Aunque cada uno sepa lo que tiene que hacer, para ganar eficiencia es mejor que todos estén también informados de lo que hacen los demás, es la mejor manera de evitar las zonas grises.
De esta manera la responsabilidad es compartida por todos y las decisiones se toman en forma colectiva. Para ello el principal desafío es que la información fluya en todas las direcciones, y evaluar juntos las actividades, de esta manera, aprendemos juntos de la propia experiencia.
Las diferentes formas de trabajar la comunicación las hemos mencionado en entradas anteriores, aquí la clave es que dentro del equipo de trabajo debe ser algo cotidiano compartir cómo va el trabajo de cada uno/a, compartir logros, dificultades Por ejemplo si la organización tiene dificultades financieras, que todos estén al tanto de que sucede, puede favorecer una actitud más responsable en los gastos y tal vez surjan nuevas ideas para obtener más recursos.
Para lograr una buena comunicación no alcanza con estar informados de lo que hace el otro, sino compartir juntos la tarea, que cada uno se sienta parte de la otra parte.