Recientemente participamos a un seminario de extensión, organizado por el Posgrado de Organizaciones Sin Fines de Lucro de la Universidad San Andrés.
El título: “Transparencia y Rendición de Cuentas en Organizaciones Sociales: Tendencias Internacionales y Buenas Prácticas Locales”.
Compartimos con ustedes algunos aprendizajes y porqué no alguna reflexión también.
Más y mejor “Accountability”
Seguramente este término les suena familiar. En nuestro blog ya hemos tratado éste argumento, presentado una definición de un concepto que, por su amplio significado no ha encontrado aún, una buena traducción al español.
Algunos hablan de rendición de cuentas en sentido amplio, pero resulta que se trata de algo más que rendir cuentas, que presentar un balance, es mucho más que números. Se trata de compromiso, aprendizaje, contabilización, reporte, innovación, evaluación capacidad de respuesta, rendimiento, desempeño…
Podría decirse que todo lo que somos, todo lo que hacemos como organización entra dentro de este gran concepto, y en cierta forma debiera ser parte principal de nuestra cultura institucional. Dar transparencia a nuestra organización comunicando permanentemente nuestra vida.
Dentro del seminario se hizo hincapié precisamente en esto, rendir cuentas es más que números. Contar que es lo que hicimos con los recursos con los que contábamos, no debiera ser un balance que se hace una vez al año, o cada vez que termina un proyecto, sino más bien pan cotidiano, actividad de todos los días. Ustedes se preguntarán, ¿pero cómo? con todo lo que tengo que hacer, encima tengo que registrar cada movimiento, cada acción que realizamos! La respuesta es: Sí! Pero no se trata de sumar una actividad más, sino transformar la forma de trabajar. Sistematizar nuestro trabajo es la herramienta principal que nos permite no sólo registrar que es lo que hacemos, sino también poder ver si lo que nos estamos proponiendo como organización lo estamos haciendo, si estamos respondiendo a nuestros objetivos institucionales. Si la planificación hace parte de nuestra cultura de trabajo, el registro de lo que se hace resulta más sencillo.
Si sólo lo hacemos a fin de año, o cuando terminamos un proyecto la tarea se dificulta, pero si hace parte de nuestras acciones cotidianas, seguramente simplificamos nuestro trabajo futuro en los balances y los informes. Ser constantes en esta tarea es clave para ser competentes en el cambio social que estamos impulsando
Si sólo lo hacemos a fin de año, o cuando terminamos un proyecto la tarea se dificulta, pero si hace parte de nuestras acciones cotidianas, seguramente simplificamos nuestro trabajo futuro en los balances y los informes. Ser constantes en esta tarea es clave para ser competentes en el cambio social que estamos impulsando
Diferentes Abordajes
Existen diferentes abordajes con respecto a esta temática: hay quienes hacen informes, balances, públicos y privados porque es un deber, un requisito para poder aplicar fondos. Pero también hay quienes lo hacen en forma voluntaria, como parte de su propio código de ética, que la información que manejan sea lo más pública posible.
Las múltiples maneras de abordar este aspecto tienen que ver con la lógica a la que responde, sea la de la institución o la del donante. Se rinden cuentas, en relación a sí mismos (auto-regulación o auto-evaluación) y en relación a otros: certificación y rendición social. Podemos hacerlo en forma voluntaria o no, podemos hacerlo porque se trata de un requisito para constituirnos legalmente o porque nos lo piden a la hora de buscar fondos.
Lo más saludable es que sea parte de una propia lógica, del propio código de ética institucional, hacer lo más público posible el resultado de nuestro trabajo. El ser transparentes no porque suma puntos, sino simplemente porque es bueno serlo. Nos permite estar permanentemente al tanto de cómo camina nuestra organización, por lo tanto el primer beneficiado en este tipo de prácticas es la propia institución. Informar, compartir, poner en común logros y dificultades, rendir cuentas; es dar razones tangibles a los demás y a nosotros mismos, del porqué seguir apoyando nuestra misión y comprometernos cada vez más en ella.
Los Desafíos señalados en el seminario
El primero tiene que ver con acortar la brecha entre el discurso y la acción, muchas veces tenemos un muy buen speech institucional, sabemos “vender” nuestro producto, pero si somos sinceros, nuestras acciones no son del todo coherentes con lo que se escribe en un proyecto. No se trata de mala voluntad, pero es necesario acercar la acción al discurso; sin dudas eso tendrá una consecuencia directa en el impacto social de nuestras acciones
El segundo, concentrarnos en el valor que queremos poner en práctica. Muchas veces hacemos hincapié en dar a conocer el trabajo que hacemos con los destinatarios de nuestras acciones, y eso está bien, pero es necesario hacer el esfuerzo de concentrarnos en los valores que queremos poner en práctica con nuestras acciones
El tercero, sugiere utilizar herramientas diferenciadas: existen diferentes parámetros nacionales e internacionales para la rendición de cuentas, presentación de informes, certificados de “calidad institucional” que tienen en cuenta las diferentes características organizacionales. Debemos aprovechar estas herramientas, y al mismo tiempo estar atentos, ver cuál de ellas tiene sentido aplicar, verificar que los parámetros de evaluación tengan algo que ver con las características de nuestra organización.
El cuarto, apuntar a la sostenibilidad, que el impacto de nuestras acciones perdure en el tiempo, más allá de nuestra presencia o no en el territorio: es una forma de demostrar y demostrarnos que la respuesta que estamos queriendo dar con nuestra acción es adecuada.
Un aporte…
Comunicar, compartir, rendir cuentas, ser trasparentes, evaluar el impacto de nuestras acciones, dar conocer cabalmente qué es lo que hacemos como organización, es un horizonte que nos ayuda a dar pasos, a caminar hacia adelante. Cuanto más nos acercamos, el horizonte es muy probable que se corra, y lo más importante es ser conscientes que nuestra organización con estas acciones, hace parte de un proceso que la impulsa hacia adelante. Y si no lo hacemos, es muy peligroso, porque es probable que perdamos capacidad de análisis y perspectiva institucional y el trabajo que realizamos se diluya en buenas intenciones y nada más.
En la próxima entrada, comentaremos algunas experiencias de buenas prácticas que fueron presentadas Brindaremos información de sitios vinculados a la “Accountability”, es más, les lanzamos un desafío, traten de encontrar una traducción al español éste termino, aplicando estas herramientas que les ofrecemos.